Ayer vi Elegy, la última obra de la directora catalana Isabel Coixet, y quedé gratamente sorprendido. El argumento de esta película, inspirado en El animal moribundo (The Dying Animal) de Philip Roth, es sencillo: un reconocido profesor universitario de literatura, David Kepesh (Ben Kingsley) vive de modo artificial una perpetua adolescencia refugiado en sus numerosas amantes y en su prestigio nacional de crítico literario (publica regularmente en The New Yorker). Su vida de elegante bohemio dará un giro radical cuando aparezca en sus clases y en su lecho Consuela Castillo (Penélope Cruz), hermosa estudiante de ascendencia cubana. El flirteo dará lugar a un amor vivido con una singular intensidad que iluminará con un nuevo sesgo su existencia, y lo colocará en el trance de tomar decisiones que podrán quebrar algo más que la dulce deriva en la que había convertido su vida. La relación terminará bruscamente, pero él va a continuar amarrado a su recuerdo. Años después, Consuela reaparecerá de forma repentina, siendo portadora de una trágica noticia.
La película está filmada de modo exquisito y el espectador percibe que la búsqueda estética ha sido una constante de la directora. El afán de belleza es patente en las delicadas imágenes, en la melancólica fotografía, en el cromatismo de las escenas. El proceso de seducción está narrado con solvencia y no hay abuso de escenas eróticas.
Es soberbio el proceso de indagación psicológica en el ánimo de la pareja protagonista, especialmente el aquilatamiento del alma femenina. Se nos muestran las sutilezas de la relación y la felicidad instalada en el cruce de miradas; pero también los celos infundados y el tormento que acompaña al desgraciado profesor al reflexionar sobre la diferencia de edad que los separa (más de treinta años) y la necesaria fragilidad de la relación.
Ben Kingsley cumple sobradamente su papel: tenemos delante a un cobarde que ha opacado su vida y no es capaz de arrostrar el reto que le propone Consuela. Esta ofrece una riqueza de matices en la que es fácil ver la huella de Coixet. Los personajes secundarios, como George O´Hearn (Dennis Hopper), el poeta y confidente del profesor, o Carolyn (Patricia Clarkson), su amante de toda la vida, proponen un lúcido contrapunto a la historia central.
Pero la película es más cosas: es una profunda reflexión sobre el paso del tiempo, sobre la transitoriedad del amor, sobre la amistad, sobre la muerte, sobre la caducidad de la belleza y el modo que esta repercute sobre nosotros, sobre la literatura, en definitiva, y el modo en que nos valemos de esta para acrecentar nuestras vidas, pero también para engañarnos con ella. Cualquier lector avisado habrá advertido que los temas precedentes son en verdad los grandes temas de la historia de la literatura, y haber sabido incluirlos con elegancia en esta película no es precisamente el menor de sus méritos.
3 comentarios:
A mí tb me gustó bastante.
Por cierto que en mi blog puedes encontrar el vídeo de la entrevista que le han hecho a Coixet en La 2 Noticias al respecto, aunque por el tema de tu sitio, casi mejor te recomiendo el vídeo que he subido a este otro post, en el que se le hace un homenaje a nueve grandes de la literatura. Espero que te guste ;)
El Día del Libro en La 2 Noticias
Aun no la he visto. Seguro que me encantara, Coixet tiene una forma de explicar la sensibilidad de la mujer que me atrae. Nunca me quedé indiferente con sus films.
Anoche estaba haciendo zapping en la tv de cable y me quedé viendo está película nunca la habia visto y me cautivó la historia además que pasé por una una historia similiar en mi vida asi que me senti muy identificada :)
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